Enrique Marazuela, CFA, CAd

Expresidente de CFA Society Spain «Una formación potente en métodos cuantitativos marcará la diferencia entre los profesionales de la inversión» A Enrique se le debe, junto a Mónica Gordillo, la creación de este Who is Who, que nació con la idea de “saber quién es quién en la industria, dónde han trabajado, cómo han evolucionado en su trayectoria profesional y qué aficiones esconden”. Por unos instantes, Enrique dejaba su traje y el impetuoso mundo de los mercados para calzarse las botas de periodista y entrevistar, con bolígrafo en mano y una grabadora sencilla, a los principales CFA Charterholders de la industria española. “Fue una experiencia muy enriquecedora y aprendí a hacer las preguntas adecuadas; preguntar bien no es tan fácil como parece. Y aprendí mucho de las personas a las que entrevisté”.

Hoy ocupa por primera vez el lugar del entrevistado. Muchos ya saben quién es, y es raro que un profesional del sector no conozca o no le suene el nombre de Enrique Marazuela, un veterano con más de 35 años de experiencia en el mundo de las finanzas. Hombre incansable y todoterreno, compaginó su puesto como Chief Investment Officer de Banca Privada en BBVA con la presidencia de CFA Society Spain entre 2016-2020. Anteriormente, trabajó como CIO en Aegon y dio sus primeros pasos en Ahorro Corporación y Banco Urquijo.

En el verano de 2021, se retira de la industria, embarcándose en nuevos proyectos vinculados a la formación. Siempre mantuvo un pie dentro de la universidad, rompiendo el cliché de que un profesional de las finanzas no puede ser al mismo tiempo un enamorado de las Humanidades. Lector voraz, apasionado de la Historia y de la música clásica, Enrique considera que este giro profesional hacia la formación y el mundo universitario responde a la necesidad de agradecer y devolver a la sociedad todo lo que ha recibido de ella. Actualmente, es miembro del Consejo Asesor de Inversiones de MdF Family Partners, patrono en la Fundación Alfonso Martín Escudero y director de Asuntos Económicos en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE; universidad a la que tiene un gran cariño y respeto, y donde cursó sus años universitarios.

— Volvamos en el tiempo. ¿Qué le dirías a tu “yo” de 22 años que inicia su carrera profesional en Banco Urquijo?

— Primero, que tenga muy claro que las finanzas son una profesión muy vocacional. Los horarios nunca son fijos y no se tiene claro cuando acaba y empieza tu jornada. Después de cenar, suelo leer varios medios económicos de referencia. Y aunque me sirve para mi trabajo, lo hago simplemente porque me gusta leer sobre economía y finanzas. Hay que llevarlo en la sangre. Si no, esta profesión se te puede hacer cuesta arriba.
Segundo, que estudie todos los días. La profesión es un proceso transformador donde el conocimiento debe destilarse en sabiduría. A veces los jóvenes olvidan que el conocimiento y la sabiduría no son lo mismo. La humildad es la base del conocimiento y alguien que cree saberlo todo automáticamente no aprende. Cuando estudias el CFA Program, tienes mucho conocimiento, pero este debe asimilarse; necesita sedimentación. Por la otra parte, no hay sabiduría si no hay conocimiento previo. Como en cualquier disciplina, se necesita una base.
Tercero y muy vinculado con lo segundo, es importante leer, y no sólo leer de finanzas. Los podcasts se han puesto de moda y algunos están muy bien, pero la lectura te permite ir más pausado, subrayar, releer, reflexionar... También le diría que se tome en serio la ética, porque los conflictos éticos siempre te acompañan en la profesión. Algunos profesionales cometen faltas graves y tratan de justificarlas envolviéndolas en un papel de celofán muy bonito y te dicen que no pasa nada. Pues sí, sí que pasa. La formación ética es indispensable en la industria.
Y, por último, le diría que aprenda a elegir. La vida es mucho más ancha y profunda de lo que podemos abarcar: hay elecciones y renuncias. La cuestión, por tanto, es elegir bien en todo momento y ser conscientes de que la vida no es lineal, sino que uno va creciendo con sus más y sus menos. Que no tenga miedo de equivocarse, pues la alternativa es no moverse. Además, el error es una fuente de sabiduría.

— En la situación actual de la industria, ¿qué le diferencia a ese joven de 22 años respecto a los demás jóvenes? ¿Qué área o disciplina tendría que estudiar para potenciar su carrera profesional?

— Pues creo que una formación potente en métodos cuantitativos marcará la diferencia entre los profesionales de la inversión. En la última década ha adquirido una gran relevancia. Hace 50 años, una persona que estudiaba Física tenía muchas menos posibilidades laborales; ahora se lo rifan. Creo que es una disciplina con mucho potencial y es muy importante que la industria la tenga en el punto de mira.

— 8 años en el Consejo Ejecutivo y 4 años como presidente de CFA Society Spain. ¿De qué estás orgulloso tras tu paso?

—En primer lugar, de los socios. La lista de gente a la que tengo que dar las gracias es interminable. Sin ellos, nada de todo lo que hemos conseguido hubiera sido posible y me atrevería a decir imaginable. La Society necesita del pulso y el compromiso de los CFA Charterholders. Creo que la idea de implicar a más gente y abrir la Society a la industria nos ha hecho mucho bien. Por otro lado, hemos avanzado en materia de gobernanza. Las elecciones del consejo son más transparentes, las vacantes se anuncian públicamente —cualquier socio puede presentarse— y se realiza un proceso de elección a través de un comité independiente. Gracias a ello, hemos creado una cultura meritocrática más sólida.
Y, por último, diría que la notabilidad de la Society se ha incrementado. Hemos aumentado el número de actividades y patrocinadores y cada vez nos conocen más dentro de la industria.

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